Rapleaf sabe tu nombre, tu edad y tu domicilio. Sabe tu correo electrónico, tu ingreso y la red social que usas. Sabe tus gustos y aversiones. Y gana dinero vendiendo esa información a los anunciantes.
Claro que Rapleaf no es la única compañía que lo hace. Acxiom, ChoicePoint, Quantcast y BluKai también acopian y venden tus datos, así como muchas otras. De igual forma, Google, Facebook y otras empresas web reúnen datos sobre ti para intentar ofrecerte anuncios personalizados.
Pero Rapleaf ganó atención esta semana luego que el diario Wall Street Journal reportara que la compañía obtuvo identificaciones de Facebook desde muchas de las aplicaciones que tiene la red social y vendió esas identificaciones a anunciantes, incluso las de usuarios que habían configurado la privacidad de sus datos.
Al cruzar la identificación de Facebook de los usuarios con otros datos sobre ellos, Rapleaf le ofreció a los anunciantes una ventana hacia la información personal de muchos usuarios de Internet.
Al pasar esa información, las aplicaciones inadvertidamente violaron los términos de servicio de Facebook, indicaron los desarrolladores. Y Rapleaf ha tenido que explicar cómo mantiene la privacidad de los 400 millones de usuarios que rastrea mientras vende sus perfiles a anunciantes.
La compañía afirma que no era su intención transmitir información tan detallada. “No vendemos identificaciones de Facebook a las redes de publicidad. Se enviaron porque por cuestiones técnicas con los buscadores actuales las URLs referidas incluían las identidades inadvertidamente.”
Varios expertos en privacidad, sin embargo, creen que Rapleaf no es sincera. Advirtieron que la compañía relaciona los nombres de usuarios y correos electrónicos con muchos perfiles de redes sociales (incluyendo Flickr, Friendster, LinkedIn, Twitter, Pandora, Wordpress, MySpace, Bebo, Tribe, Livejournal, Yelp y Amazon) y vende esa información a terceros.
“Si no la hubieran atrapado, Rapleaf seguiría haciéndolo” opina Murray Jennex, profesor de gestión del conocimiento en la Universidad Estatal de San Diego. “Los términos de servicio de las redes sociales son una frontera imprecisa. Son un área gris que aprovechan empresas como Rapleaf” agrega.
Al mismo tiempo, Rapleaf minimiza la información que rastrea de los consumidores. Por ejemplo, el sitio web de la empresa invita a los visitantes a crear una cuenta Rapleaf para “gestionar tus datos,” pero al entrar no se muestra el perfil detallado que Rapleaf ha reunido sobre ti: muestra únicamente información demográfica básica y los intereses etiquetados en amplias categorías. Te dice que sabe que te gustan las redes sociales, pero ocultará que sabe que manejas Facebook, Pandora y Plaxo, tampoco te dirá que conoce la frecuencia con la que twiteas y tu ‘lista de deseos’ en Amazon.